27 de enero de 2011

Día torcido, siempre se arregla al final...

Hay días que de verdad te levantas con el pie izquierdo. Nada más despertarme, me he pegadocon el pie en la puerta por correr, porque me había quedado dormido y he salido rápido de la cama. Me he puesto a coser unas puntas del nórdico, que se habían roto.

Como cada mañana, cojo el coche, y al tirar del freno de mano, resulta que se había destensado y no frenaba. Bueno, sin freno de mano podemos tirar hasta Vitoria, ya se mirará... Tras una clase aburridísima, cojo de nuevo el coche y resulta que la rueda de atrás de la izquierda se ha quedado frenada y no hay forma de sacar el coche. Amigos hasta Vitoria, excursión por los alrededores de la Facultad, buscando un balón a lo Indiana Jones, heridas en las piernas por las zarzas, heridas en las manos por el gato del coche...

Ya por fin, la grúa se lleva el coche hasta Bilbao, la "capi" del mundo. A todo esto, y por variar, me quedo sin batería en el móvil. Ya no puedo llamar a ningún amigo mecánico más. No conseguimos contactar con la gente, siguen saliendo las cosas mal, compramos un marco y está roto...

Menos mal, que al final el día ha terminado con una partida de bolos, en la que creo que me han dejado ganar... Sé que no es el sitio ni la forma correcta, pero es la mía agradecer a Jon, Estefi y Mikel el aguantarme todo el día. A éste último además, gracias por dedicarme el tiempo en el día de tu cumpleaños, te aseguro que lo recordaré facilmente.


Pero sobre todo, gracias a Urko, porque ha vuelto a demostrar que siempre que lo necesite, está ahí. Por supuesto, quiero que sepas que aquí tienes un amigo, un siervo, un esclavo para lo que quieras, mientras que no tenga mucho que ver con la mecánica, porque como dice Roberto, "Con esos dedos de árbol, todo lo toco, todo lo jodo."

1 comentario:

Urkamena dijo...

Me acabas de alegrar el día!!!